Mariposas

M. C. Escher- Butterflies


Mis queridos amigos me hicieron un brazalete antes de que partiera para Inglaterra. Cada uno agregó un pequeño dige que los representaba y simbolizaba nuestra particular amistad. Katrina, amante de las mariposas y mariposa por antonomasia, me regaló una pequeña papillon que representa el cambio y la transformación. Y como dice Mario Benedetti: la mariposa recordará siempre que fue gusano. Yo me acuerdo. Me acuerdo porque la recordar es la herramienta más poderosa para seguir adelante. Mis mariposas me visitan de tiempo en tiempo y con ellas la reminiscencia de lo que fui. Origen y destino.
Para poder entender la otredad es necesario recordar la forma alterna que alguna vez tuvieron el cuerpo, los sueños y las esperanzas.
I cuando mis mariposas se van y se pierden en el olvido... me pregunto hacia volaré yo muy pronto.

Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero
desde que sé que no vendrás más nunca
he vuelto a ser aquel cantar del aguacero
que hizo casi legal su abrazo en tu cintura.
y tú apareces en mmi ventana
suave y pequeña, con alas blancas
yo ni te miro, para que duermas
y no te vayas.

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno
qué maneras más curiosas
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo
mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas...

Tu tiempo es ahora una mariposa
navecita blanca, delgada, nerviosa
siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo.

Así eras tú aquellas tardes, divertida
así eras tu de furibunda compañera
eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera
ay mariposa!, tú eres el alma
de los guerreros que aman y cantan
eres el nuevo
ser que se asoma por mi garganta

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno
qué maneras más curiosas
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo
mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas...


Tú tiempo es ahora una mariposa
navecita blanca, delgada, nerviosa
siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo…

Silvio Rodríguez

Así son las cosas

Bueno.... así son las cosas. Lo que empieza se acaba y a veces acaba mal... acaba porque alguien se asusta tanto que se olvida siquiera de decir adiós.. alguien que no te dice: ya no te amo... yo no eres para mí; y se refugia en la comodidad de la distancia y del silencio para esconder estas verdades.
Es fácil pedirle a alguien que espere... que espere y espere... que te quiera y te deje decidir si hay otras opciones mejores antes de extenderte la mano al fin y escogerte a ti. Es fácil pero no justo. Y también es fácil quedarse atorado en una relación que no se define, porque la guardan la distancia y el silencio... los malentendidos y la ambigüedad, en vez de atreverse a cerrar la puerta. En vez de decir: aun si te amo, no te amo así. No te amo para tenerte lejos y para ser como la mujer del puerto (la que espera y espera, la que sueña con viajes y nunca le tiene miedo a las amarras porque no debe levantarlas una y otra vez). No te amo para no tenerte.
Así pasan las cosas y así se acaban. Pero al final de todo yo quiero recordar lo que yo sí aprendí, lo que yo sí gané, lo que yo sí amé. Quiero recordar que mi voz nunca te mintió, que mi cuerpo fue sólo tuyo, que mi pies caminaron siempre hacia ti. Y que cuando no pudiste verme más a la cara.. cuando me llamaste amiga lejana y caminaste para atrás yo te dejé ir.. sin perseguirte... no seré tu sombra. No te amo así.. para ser sólo tu sombra.

Transformación

Metamorphoses #2 (Spring) , Deron Cohen


"I have seen landscapes...which, under a particular light,a
made me feel that at any moment a giant might raise his head over the next
ridge. Nature has that in her which compels us to invent giants: and
only giants will do."

C.S. Lewis


¿Qué hace que una pareja valga la pena? ¿y porqué usamos siquiera esa expresión: valer la pena? ¿Es que acaso todas las cosas que necesitamos y queremos en la vida deben implicar pena y dolor? Efectivamente, todo lo verdaderamente valioso tiene un costo pero cuando lo asumimos como tal quizá no tenga necesariamente que ser vivido como dolor. Si traemos una vida al mundo aceptamos que el dolor del parto es natural, nos preparamos para él; tomamos cursos psico-profilácticos para que cada contracción, cada centímetro de vida, nos acerque más a la felicidad absoluta del nacimiento. Quizá porque creemos (en toda nuestra maravillosa ignorancia) que el dolor termina justo cuando esa felicidad empieza es que, cada vez más, hay mujeres deseosas de “disfrutar“ el parto (al menos en teoría). ¿Porqué no habríamos entonces de “disfrutar“ el dolor que nos causan los otros, pequeños y grandes, nacimientos de la vida? Recuerdo a Geymonat y su postulado de que la libertad (la verdadera, la libertad activa) es lucha constante: lucha interna más que externa, lucha que implica un cambio dialéctico de nuestro estado en el mundo. Cada instante de lucha es un movimiento coreográfico que precede a otro en oposición. El resultado es un cambio profundo, verdadero, que no puede ser des-hecho. Y si ser libres implica estar en constate lucha, entonces el dolor y la pena son resultado naturales de la transformación.
Yo quiero una pareja que alimente mi libertad, que me haga libre. Yo deseo relaciones con todos mis seres amados que sean liberadoras de aquello que necesita cambiar y transformarse. Yo quiero amores que me transformen profundamente y trasformen mi vida en todos los sentidos que ésta necesite evolucionar (incluso si la “evolución“ sea no progresiva y positiva sino incluso una involución).
¿Qué hace que una pareja valga la pena? O mejor dicho ¿qué hace “worthy“ -“worth while“- a una pareja (porque prefiero esta expresión que es tanto más positiva que su correspondiente español, y más integral)?
Sólo aquella relación amorosa que provoca cambios profundos y cambios dialécticos tiene sentido para mí.
Después de tantos años con Humberto necesité liberarme de él, física y prácticamente liberarme de él. Me tomó tiempo entender porqué, pero en un sentido inmediato tenía lógica. Encontré razones poderosas para salir de esa relación y seguir adelante pero no entendí las verdaderas fuerzas que actuaban dentro mío al concretar esa separación.
Myrna pregunta si mi relación con Craig es tortuosa y me detengo en la pregunta por un tiempo. Pero concluyo que no.
La relación con Humberto fue muy tortuosa por razones aparentes para aquellos que están muy cerca de mí y conocen la historia relativamente bien; pero mi relación con Craig, aunque pueda parecer tortuosa en este momento, no lo es.
Estar lejos de quien amas en una forma de tortura, vivir con la incertidumbre constante de cuál será el resultado de cambiar también puede serlo a veces, pero sólo aquella relación que busca ser cómoda (exigiendo de ti que te quedes inmóvil, te definas de modo imperturbable y “empolles“ por el resto de la vida) es tortuosa para mí.
En cambio, la que naturalmente provoca cambios radicales y alimenta la lucha constante es worthy de ser vivida.
Todas las relaciones tienen un costo, es cierto. Si fuera más pragmática buscaría relaciones que satisficieran mis necesidades concretas y aceptaría que el precio es aferrarte a esas ganancias de tal manera que tu vida se convierta en estática (“Lose something every day. Accept the fluster…“ y sí, “Then practice losing farther, losing faster“). A veces me pregunté ¿porqué no era más practica; qué me guiaba al buscar parejas; y sí, porqué no amé a Humberto como amo a Craig? Ahora veo con claridad que era esa interacción naturalmente dialéctica que siempre tuvimos lo que me hizo amar a Craig. Lo mismo que me que asusta y a veces me “causa pena“ es la razón de mi amor por él. Y es lo que más tengo que agradecerle: tanta libertad recuperada, tanta profunda y verdadera transformación.
En todas las relaciones tenemos que intentar compaginar nuestras historias con las de los otros, nuestras ataduras con las suyas y nuestras necesidades profundas con las que tienen ellos. Conforme más cercana es la interacción, más nos causa estrés y, quizá, dolor. Pero si existe una manera de alcanzar un cambio dialéctico a partir de todos y cada uno de los pequeños movimientos de esta lucha (cada figura marcial), entonces es más que worth while, es verdaderamente significativa y satisfactoria de nuestras necesidades.
¿Cuál es el dolor de parto que hay que “disfrutar“? El de vivir con incertidumbre; el de no saber hacia dónde se dispara el cambio; el de tener que conquistar nuestros miedos continuamente y de ser humildes frente a ellos; el de aceptar al movimiento como la única ganancia garantizada y aprender a desear lo mejor para el futuro (pero a no asumir que pasará); el de aceptar nuestros saltos como tales y no como sacrificios, y nuestros sacrificios como resultados orgánicos de la lucha en sí; el de dejar que el otro enfrente sus propias batallas, sus propias luchas, y desear que cuando terminen (al final de la conversación, al final del día, al final de la sesión de terapia, al final de la vida) estemos aún juntos; el de aprender a enfrentar todo pequeña transformación como una necesidad profunda -incluso si nos asusta más que ninguna otra cosa-; el de estar siempre cerca y lejos al mismo tiempo (uniéndonos y separándonos); y, al final de cuentas, vivir con la paradójica certidumbre de que no podremos jamás volver a “empollar“... la Yoga mental es la única forma de disfrutar del parto de vivir.. ooom, ooom...


M. C. Escher, Relativity

Ars poética

Juan: Gracias mil por todos los poemas que a través de los años has compartido conmigo... dudo que sea un experta como dices, pero para alguien que trata de enseñar literatura con pasión ha sido un verdadero honor el que confés en mí como lo has hecho desde hace mucho tiempo.
No puedo negar la emoción que me causa verte crecer y desarrollar una escritura propia. me imagino lo que la adultez (tanto real como literaria) traerá para ti. En lo particular me emociona el que hayas encontrado una voz particular, tu propia voz; ¡éste es verdaderamente un gra paso hacia adelante!
Gracias por tu último poema.. espero con ansia tus próximos regalos.....

Amor me has hecho mal


Enfrente, pálida luna,
continuabas la noche,
con un prófugo ámbar de crápula,
mezquina, sobre tu oscuro reproche.

Tu entero de luz debajo,
en un espejo revestido de claro,
y su retrato velado…

Pendiente de su llaneza triste,
en un laudo imparcial,
en un amargo de pena tu viste,
a una estrella inusual.

Un lóbrego sobrevino,
parvo lapso de pleno inmortal,
¡Y la impaciente lejanía!,
¡Luna, no la dejes escapar!

Juan Ignacio Yanuzzo

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Algunos días me pesa tener que esperarte tanto; tener que entenderte y que amarte de esta manera extraña y antinatural. Algunos días quisiera renunciar a las posibilidades y aferrarme a lo conocido; recobrar las amarras; levar las anclas; dejar de decirte adiós tan lentamente.
¿Qué puedo realmente esperar? ¿cómo lograremos restaurar las fisuras de tantos días lejos?

Ying-Yang



¡Oh, las decisiones! Ayer fui a charlar con Nancy y por supuesto la conversación fue nutrida y deliciosa. Todos, de un modo u otro vivimos en la encrucijada… en la eterna disyuntiva. Ahora ella enfrenta la necesidad de tomar una dura decisión y por supuesto el calcular las posibles repercusiones de sus actos no es suficiente para dilucidad qué es lo correcto, cuál es el mejor curso de acción.
Aunque el corazón se resista y se encoja, Nancy tiene grandes ventajas en esta situación: el amor incondicional de los que siempre la llevamos dentro, una firme estructura interna y la certeza de que, de un modo u otro, la vida se acomoda a una historia predestinada.
Ésa ventaja no la tengo yo.
En cierto momento la conversación se concentró en un ambiguo y casi silvestre estudio sobre las personalidades. Y de manera metafórica he descubierto cierta interesante verdad que (sí, sólo de manera metafórica) explica el amor en todas sus formas como una realidad energética y casi Natural.
¡Cuánta gente Yang en mi vida a la que me siento unida por razones misteriosas y, a veces, muy poderosas; y yo que soy definitivamente Ying (según lo afirmado por otros que me conocen y que se permiten las mismas metáforas que yo)!: mamá, papá, Craig, Ariel, Myrna, Nancy, Elmira, Joanne, Andrew, Ceci… ¿qué puede significar esto? Se supone que eso sea lo lógico: buscar la complementariedad y el equilibrio: el rojo Yang y el negro Ying; lo primero alimenta a lo segundo y viceversa; acción y reacción, masculino y femenino, activo y pasivo, lo positivo y lo negativo, paterni
dad y maternidad, dureza y suavidad.. se afectan y necesitan recíprocamente.
Si, efectivamente, el equilibrio es la frecuencia verdadera del Chi, entonces tiene lógica que yo entre y permanezca en los campos magnéticos de aquello que me falta.. y esto es fundamental en el asunto: no se trata de mis carencias.. sino de lo que lo que me falta y necesito. Suena parecido pero no es igual: pensar en carencias es concentrarse en el vacío, en la oscuridad, en un defecto del carácter, en una invalidez. Pensar en lo que “me falta y necesito“ es concentrarse en lo posible, en lo que existe allá afuera para que lo encontremos, en lo que DEBO buscar.


Preciosos regalos

A veces abrís la caja de tus tesoros y encontrás cosas que sólo un niño de corazón puede apreciar....

Querida Manli.... Gracias por tu constante, has sido una maestra mucho más que cualquier otro de mis alumnos...

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