Árbol floreciente


La casa de enfrente tiene un pequeño árbol floreciente con flores rosadas. Se llenó de flores un par de días después de tomar la foto. Imaginen ahora eso pero en grande... son bellísimos.

Más flores: Dientes de leòn.

Dientes de león
El jardín de atrás se ha poblado de Dientes de león y sus maravillosas y alegres flores... la primavera sigue inundando nuestros rincones.

Malos sueños

Me ha despertado hoy un mal sueño. Pocas veces en la vida me ha sucedido despertarme llorando; o mejor dicho, llorar en ese espacio entre el sueño y la vigilia pero sin estar segura de lo que es real y lo que no.La materia de mis sueños se limita últimamente a un único evento. La partida. ¿Qué pasará cuando me vaya? ¿Qué se quedará aquí, tratando de sobrevivir a este clima del norte?Es tan difícil a veces saber que es lo correcto. Qué debe uno hacer o decir y que sería mejor guardar adentro. Lo que único que queda es la certidumbre de que el universo se acomoda siempre a la única forma que puede tener el destino. Si acaso el destino existe es el resultado de las inteligibles leyes que rigen todo lo que existe. No es el producto de la mente de ningún dios sino un complejo y eterno juego de ajedrez. Debo recordar a Osho y a Borges. Tan lejanos y extremos cabos de un mismo lazo; "que sea lo que Dios quiera" dicen otros... que sea lo que tenga que ser. Un día a la vez y con paciencia, que siempre se puede empezar de cero y la mejor manera de saber lo que hubo es verlo quedarse atrás.

Primavera en Shaw




La primavera ha llegado y me asombra la posibilidad de la vida. Digo la posibilidad porque pareciera que cada año un recordatorio de lo que es renacer y de la resistencia de la vida nace del frío del invierno. Todo se ha llenado de hermosos y promisorios retoños. Los caminos se han cubierto de tulipanes multicolores y de narcisos amarillos que crecen salvajes sin pedir permiso a nadie, pero lo mas sorprendente es el baile de los árboles florecientes. El vientos que azota los Pennines en estos días hace bailar a estos suaves y alegres árboles al ritmo de una tonada natural. Los hay de todos colores: color rosa y guinda, pistache y blanco, marrón, verde oscuro como los ojos de mi hermano e incluso de color naranja. Es realmente sorprendente, me siento como si viviera adentro de una pintura de Turner.
El sol ha salido para nosotros también. Pensar que durante el invierno teníamos tan pocas horas de luz y ahora el día ha ganado la batalla sobre la oscuridad.
Con tanta belleza a mi alrededor todo parece posible. Incluso tener que partir y enfrentar el inicio de algo nuevo parece algo realizable; se siente incluso como una oportunidad para aprender a dejar atrás lo conocido y esperar a ver lo que los capullos del futuro nos traerán.

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